Jacobo Grinberg Zylberbaum

La realidad tal y como la percibimos está conformada, desde el punto de vista de la física cuántica, por una red compleja mejor conocida como lattice, pero para Jacobo Grinberg esta es resultado, a su vez, de la percepción y la actividad neuronal de cada individuo....

Jacobo Grinberg nos ofrece en El despertar de la conciencia una obra magistral que explora los rincones más profundos del ser. Este libro, estructurado en dos partes, es tanto un mapa de autodescubrimiento como una ventana a las investigaciones revolucionarias del autor.

La tesis vertebral de la obra de Jacobo Grinberg, que desarrolla en su libro La teoría sintérgica,sostiene que la realidad perceptible resulta de la interacción de la activación cerebral y el espacio-tiempo (la lattice).

Cada paso que damos en la vida nos acerca, consciente o inconscientemente, al encuentro con nuestro verdadero ser. En El vehículo de las transformaciones, Jacobo Grinberg nos invita a recorrer ese camino interior con una visión profunda y reveladora.

La Batalla por el Templo es un viaje a la vida de Jacobo Grinberg narrado por él mismo, desde su infancia y juventud, pasando por la enfermedad de su madre —misma que lo motivó a dedicarse al estudio del cerebro y la conciencia.

En El cerebro consciente, Jacobo Grinberg explora a profundidad los grandes temas que le obsesionaron: la conciencia, la construcción de la realidad y cómo la experimentamos.

El yo como idea es una obra profundamente reveladora en la que Jacobo Grinberg propone una visión audaz del yo como una construcción cognitiva, no como una entidad fija. A través de un estilo claro y ameno que combina precisión científica con una inmensa sensibilidad espiritual.

Jacobo Grinberg, en su revolucionaria obra La experiencia interna, nos revela que nuestra percepción del mundo es el resultado de la interacción entre nuestro campo neuronal y la lattice, esa red espacio-tiempo que moldea nuestra experiencia.

Liberarse significa soltar el ego, cuando eso ocurre, la sanación llega, tanto para uno mismo como para los demás. En ese estado de fluir sin el yo, desaparecen el pasado y el futuro: todo se vive en un presente profundo y completo.