En esencia la teología se centra en la creatividad, la imaginación y la encarnación, esto debería permitir que la teología no sea algo que ponga fin a los argumentos, sino más bien abra la posibilidad de más conversaciones.
La teopoética quiere continuar con esto, quiere recuperar las formas imaginativas y creativas encarnadas de hacer teología. Tradicionalmente, los hombres estarían sentados detrás de sus escritorios con aspecto de matemáticos y estarían sistematizando su teología, simplemente regurgitando a Agustín o algún otro padre de la iglesia. Una de las principales cosas a las que nos llama la teopóetica es a la justicia, la creatividad, la imaginación y la encarnación, todo esto nos ayuda a ser hacedores de justicia en el mundo. La encarnación y la creatividad están profundamente conectadas y eso es exactamente lo que la teopoética intenta enfatizar cuando hacemos teología.