La terapia cognitivo-conductual se ha convertido en la terapia más validada contra la depresión. Fue desarrollada principalmente por Aaron Beck y Albert Ellis en el pasado siglo. Se basa en la detección de creencias y pensamientos desadaptativos que provocan una emocionalidad negativa en el paciente. La práctica terapéutica es activa. En colaboración con el paciente se localizan estas creencias y pensamientos y se reestructuran para que generen una emocionalidad positiva. También se pone el foco en las actividades del paciente y cómo estos hábitos pueden estar reforzando la depresión. Se fomenta la realización de actividades gratificantes que mejoran el estado de ánimo y provoca a su vez pensamientos y emociones positivas. La experiencia terapéutica provoca un cambio de percepción de la realidad en el paciente que le permite, a su vez, dirigirse por sus propios intereses hacia una vida más plena y satisfactoria. https://miguelriverapsicologia.com/ps...