Una Historia Oscura en las Calles de la Ciudad de México
El mito del vampiro, tal como lo conocemos en la cultura occidental, tiene sus raíces en las tradiciones de Europa Central y los Balcanes. Sin embargo, la figura del ser inmortal que se alimenta de la sangre no es exclusiva de la tradición europea. En las culturas prehispánicas de Mesoamérica, también existían relatos sobre entidades que cazaban a los seres humanos para consumir su energía vital. Estas entidades, aunque no exactamente vampiros, tienen algunas similitudes con la figura del chupasangre.
En la mitología mexica, por ejemplo, existían seres como los Tzitzimimeh, unos demonios nocturnos que cazaban a los humanos durante los eclipses. La figura de estos seres no solo comparte con el vampiro la idea de ser criaturas nocturnas, sino también la conexión con el ciclo de la vida y la muerte. La idea de sustraer la vida de un ser humano no era ajena a las culturas mesoamericanas, aunque el concepto de sangre y la inmortalidad solo se desarrolló más plenamente en la tradición vampírica europea.
El mito del vampiro en la Ciudad de México ha sido una forma de reinterpretar tanto las viejas leyendas como las realidades contemporáneas. A través de la literatura, el cine y las leyendas urbanas, los vampiros han encontrado un lugar en el imaginario colectivo de la capital mexicana.