Épisodes

  • SEAMOS AGRADECIDOS CON DIOS
    Jan 29 2025

    SEAMOS AGRADECIDOS CON DIOS

    La ingratitud es uno de los rasgos más desagradables que posee el pecador, ya que un gran número de hombres, no son gratos o agradecidos con las personas que en algún momento de sus vidas les extendieron las manos. Los hombres no solo son ingratos con otros, sino que son más ingratos con el eterno Creador del universo, ya que no están dispuestos a reconocer que todo lo que tienen, o han logrado cosechar en sus vidas, es gracias a su generosidad, amor y bondad. Esta manera del hombre de ser ingrato con Dios, quedó registrada por el doctor Lucas en su evangelio: “Jesús dijo: ¿Acaso no eran diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve?” Lucas 17:17 DHH.

    En cierta ocasión, Jesucristo movido por su gran amor y misericordia, sanó a diez leprosos, pero sólo uno de ellos volvió a darle las gracias por haberle sanado de su enfermedad. Los diez hombres de esta narrativa, posiblemente tenían fe en el poder de Jesucristo para ser sanados de su enfermedad, por esa fe, precisamente fueron sanados, pero pese a esa dádiva inmerecida recibida, no todos estaban dispuestos a agradecer al que les sanó. Para muchos de nosotros que hemos aceptado a Jesucristo en nuestro corazón, parecería ilógico la forma de actuar de los nueve hombres que no regresaron a agradecer a Jesucristo, pero si analizamos bien nuestras vidas, nos daríamos cuenta de que en muchas ocasiones, actuamos al igual que estos nueve hombres, ya que frecuentemente somos ingratos con Aquel que entregó su preciosa vida para darnos salvación y vida eterna.

    Somos ingratos con Dios, porque no solo no le agradecemos por las bendiciones materiales que recibimos cada día, sino que tampoco reconocemos que el nuevo día de vida que tenemos, es solamente gracias a su amor, bondad y misericordia. Aun lo más grave es que no reconocemos el alto valor que pagó Jesucristo para que nosotros alcanzásemos el perdón de nuestros pecados y la oportunidad de vivir eternamente en el reino de los cielos. Por la ingratitud arraigada en nuestro corazón, no valoramos este maravilloso regalo, y seguimos viviendo como si nunca hubiésemos aceptado a Jesucristo en nuestro corazón. La manera de ser gratos con Dios por las dádivas recibidas, es llevando una vida en conformidad a su voluntad, apartándonos definitivamente del pecado, y obedeciendo a su bendita palabra. Si en realidad amamos a Dios, no seamos como los nueve hombres que no regresaron a agradecer a Jesucristo, sino como el menospreciado samaritano. Cada día de nuestra vida, agradezcamos a Dios por todas las dádivas recibidas, y más aún por habernos liberado de la condenación eterna.

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  • UNA FE INQUEBRANTABLE
    Jan 13 2025

    UNA FE INQUEBRANTABLE

    Ante nuestros hermanos de la fe, con frecuencia declaramos a viva voz que tenemos una fe inquebrantable en nuestro Señor y Salvador. Muchas veces demostramos esta fe al participar activamente en las diferentes actividades de nuestras congregaciones, así como en los ministerios. También manifestamos nuestra fe en Cristo, llevando una vida espiritual apartados de todos los placeres de este mundo, y caminando en completa santidad como le agrada a Dios. Pero pese a todo esto que podamos manifestar en nuestra vida cristiana, no es garantía de que nuestra fe en Cristo sea inquebrantable, ya que la verdadera prueba de nuestra fe en nuestro amado Redentor, la demostramos cuando las pruebas y aflicciones, invaden nuestras vidas.

    Llevar una vida de comunión con Dios mediante la oración, el estudio de su Palabra y el servicio, así como la obediencia y llevar una vida cristiana irreprensible, son maneras de demostrar nuestra fe inquebrantable en el Señor, pero no está completa, pues la fe en Cristo va más allá, y se la demuestra en el momento más obscuro de la vida del creyente. La fe inquebrantable se demuestra cuando parece que no hay escapatoria posible a los problemas, así como a las enfermedades o adversidades. En estas situaciones para nada favorables, es cuando el creyente debe permanecer con su confianza total en Jesucristo.

    Los creyentes que tienen una fe incondicional en la Palabra de Dios, disfrutan de un completo reposo aun cuando las situaciones no son para nada alentadoras. Pues tienen la completa certeza de que Dios obrará de una manera milagrosa, y pronto cambiará la situación difícil que están atravesando. La fe inquebrantable en el Hijo de Dios, no se desvanece en los momentos de adversidad, más bien se fortalece, pues mueve al creyente a acercarse más y más a su Señor y Salvador, le mueve a buscar Su santo rostro, esperando su pronto socorro.

    Que nuestra fe inquebrantable que declaramos tener en el Señor, no solo sean palabras, sino hechos verdaderos y concretos, que reflejen esa fe en los momentos más obscuros de nuestra vida, teniendo la certeza que, en esos momentos de tinieblas, Dios va delante de nosotros, cambiando las tinieblas por un sol resplandeciente. Tengamos presente que hasta el día de hoy, Dios no nos ha abandonado, y nunca lo hará, Él estará por nosotros, siempre dispuesto para ayudarnos oportunamente cuando más lo necesitemos. Con esta seguridad de la ayuda divina, mantengamos nuestra fe inquebrantable en el Señor, atendiendo al consejo que nos da Moisés, el siervo de Dios: “El Señor su Dios va delante de ustedes. Él peleará por ustedes tal como vieron que hizo en Egipto.” Deuteronomio 1:30 MTV.

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  • LEALTAD A DIOS
    Jan 7 2025

    LEALTAD A DIOS


    Hay ocasiones cuando una persona es entrevistada para ocupar un puesto de trabajo, por ejemplo, se le pide que acepte condiciones que son claramente contrarias a los mandatos de Dios. Si son contadores, se les pide que maquillen los números de los libros contables para que la empresa pague lo menos posible al estado. Si son arquitectos, se les pide que den informes de los lugares de construcción positivos para tener los permisos pertinentes, pese a que dichos lugares puedan tener fallas geológicas o topográficas. Si son ingenieros, se les piden que utilicen los materiales más económicos en las construcciones. Si son operarios, se les pide que firmen contratos de adquisición de materiales con sobre precios, etc. Ante estas demandas, y similares, algunas personas terminan cediendo, justificándose que si no trabajan, no tendrán ingresos económicos para solventar sus gastos y los gastos de su familia.


    Todo lo que amenaza las provisiones de alimento, abrigo, salud, techo o la continuación de la existencia en este mundo, llena de pánico a las personas y son tentados a sacrificar casi cualquier cosa para alejar esas amenazas. Lo más común que sacrifican las personas son la integridad, la ética, la moralidad y algunos llegan a sacrificar su creencia religiosa. Si actualmente las personas están dispuestas a aceptar condiciones que están contrarias a los mandatos Divinos con tal de acceder a un puesto de trabajo, como será cuando no puedan comprar o vender cosas, si no han renunciado los mandatos Divinos y han aceptado la marca de la bestia. Más que seguro, la mayoría de personas abandonarán a Dios con tal de resguardar su existencia en este mundo.


    Es cierto que en los últimos años, ha aumentado la demanda de empleo en la mayoría de países del mundo, pero esto no es nada en comparación a lo que se vendrá en un futuro no tan lejano, pues en ese tiempo, todo estará restringido, nadie podrá acceder a un puesto de trabajo, comprar o vender cosas si no tienen la marca de la bestia. Esto nos da a conocer el apóstol Juan. Además, exigió que a todos pequeños y grandes; ricos y pobres; libres y esclavos se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente. Y nadie podía comprar ni vender nada sin tener esa marca, que era el nombre de la bestia o bien el número que representa su nombre. Apocalipsis 13:16-17 NTV.


    Los que hemos aceptado a Cristo, no tendremos parte en esta profecía del apóstol Juan, pues antes de que suceda todo esto, seremos arrebatados y llevados al cielo, ya sea que estemos vivos o muertos. Sin embargo, hay un sentido en el que la marca de la bestia está ahora con nosotros. Hay veces en la vida en las que somos forzados a escoger entre la lealtad a Dios o inclinarnos a un sistema que se opone a Dios. Cuando esto suceda, no cedamos, mantengámonos firmes en nuestra lealtad a nuestro amado Señor.

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  • JESÚS ESTÁ A LA PUERTA
    Dec 31 2024

    JESÚS ESTÁ A LA PUERTA
    Ante la negativa de aceptar una invitación, ya sea para salir a pasear, viajar o comer, las personas generalmente se rinden ante la segunda o la tercera negativa, pero esto no sucede con Jesucristo, Él no se rinde fácilmente ante la negativa de los hombres a aceptarlo como su Señor y Salvador. Esta persistencia de Jesucristo para entrar en el corazón de las personas, salvarlas y rescatarlas de la condenación eterna, lo podemos comprobar al leer el último libro de la Biblia, el cual fue escrito por el apóstol Juan. Jesucristo dijo: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.” Apocalipsis 3:20 NTV.
    Es sorprendente que muchas personas alrededor del mundo no respondan de inmediato al llamado que les hace Jesucristo, y muchos mueren sin haberle abierto la puerta de sus corazones para encontrar el precioso regalo de la salvación y vida eterna. Pero si el que llamara a la puerta fuese alguno de sus familiares, amigos o vecinos, de seguro que la abrirían de inmediato. Posiblemente también le abrirían la puerta si se tratara de un vendedor para decirle cortésmente que no desean comprar nada de lo que está ofreciendo. Y si fuera el caso de quien está a su puerta, es el rey, el presidente, el alcalde o alguna persona famosa de la farándula o el deporte, más que seguro, los que están dentro de la casa, lucharían entre sí por el privilegio de abrir la puerta y darle la bienvenida.
    Es extraño, entonces, que cuando el Creador, Sustentador y Redentor está en la puerta, se le trate fría y silenciosamente. Pese a ese rechazo irracional de los hombres pecadores, Jesucristo no se rinde fácilmente, Él persiste en su llamado a los hombres para liberarlos de la condenación y darles una vida eterna en su reino. Esta persistencia de Jesucristo para salvar al hombre de su condenación no será eterna, ya que terminará una vez que el hombre deje su existencia en este mundo. En aquel día, el hombre pecador habrá perdido toda oportunidad de alcanzar la salvación y la vida eterna, ya que tras la muerte física, ya no hay manera de que el hombre pueda hallar la salvación.
    En la actualidad, Jesucristo sigue llamando a la puerta del corazón de los hombres, todos los que le abran, permitirán que Jesucristo entre en su corazón, y lo más maravilloso del mundo es que alcanzarán el perdón a todos sus pecados, tendrán el precioso regalo de la salvación, y un día, tendrán el privilegio de estar junto a Jesucristo en su mesa disfrutando de un delicioso banquete. No desaproveche más el llamado que le está haciendo Jesucristo.

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  • NO CONFÍE EN SUS RIQUEZAS
    Dec 27 2024

    NO CONFÍE EN SUS RIQUEZAS

    Al tener una cuenta bancaria con muchos ceros, los hombres pueden llegar a considerar que con esa riqueza pueden comprar una completa seguridad para ellos y todos sus familiares. Con este pensamiento, contratan guardaespaldas para que les cuiden en todo momento y no ser presa fácil para el resto de los hombres que buscan lastimarlos. Esta manera de pensar tenían los monarcas y gobernantes del mundo antiguo, pues al tener grandes tesoros almacenados en sus palacios se sentían seguros, pues con sus riquezas podían comprar ejércitos para defender sus reinos. Al ver esto en los monarcas y gobernantes de su tiempo, David escribió el siguiente proverbio: “Los ricos piensan que su riqueza es una gran defensa; imaginan que es una muralla alta y segura.” Proverbios 18:11 NTV.

    Al imaginar que sus riquezas son una defensa fuerte contra los ataques de sus enemigos, los ricos están lamentablemente equivocados. Ya que el dinero no proporcionará ninguna seguridad, pues las personas que contratan para resguardarlos, pueden ser llevados por la avaricia y traicionarlos en cualquier momento para quedarse con todas las riquezas. Además, existen demasiadas formas de que el rico pueda perder su poder, influencia y privilegios en la sociedad. El gobierno puede dejar de respaldarlo, los ladrones pueden robarle todas sus riquezas, la inflación puede quitar parte de valor de sus riquezas. Por todo esto, el hombre no puede confiar el resguardo de su seguridad en todo lo que haya logrado cosechar en su vida, aunque su cosecha sea de un valor incalculable. Las riquezas pueden desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. De la misma manera que sus riquezas, también desaparecerá el resguardo que hayan logrado comprar.

    Lo único cierto para tener resguardo y seguridad es Dios. Ya que tiene un poder infinito para cuidar en todo momento a los que acuden a Él en su búsqueda. Bajo la protección y el cuidado de Dios, el hombre puede sentirse seguro, ya que Dios en todo momento velará por él. Por eso cuando el hombre que confía en Él se encuentre en medio del peligro, lo defenderá y le dará la victoria sobre todos los que busquen hacerle mal. Si anhelamos una verdadera seguridad, ya no confiemos en lo que el dinero y las riquezas pueden comprar, en su lugar, pongamos el resguardo de nuestras vidas en las poderosas manos de nuestro amado Padre celestial. Dios no solo cuidará nuestra vida física en este mundo, sino también nuestra vida espiritual, por eso ante cualquier asechanza del maligno y sus colaboradores, Dios estará atento para que sus dardos no nos puedan lastimar. Nuestro Padre eterno, nunca pierde su poder. Siempre es confiable y bajo Su cuidado, siempre estaremos bien resguardados.

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  • CAMINANDO SOLOS
    Dec 6 2024

    CAMINANDO SOLOS
    En nuestra vida cristiana, al asistir frecuentemente y participar en las diferentes actividades realizadas en nuestras congregaciones, es posible que lleguemos a pensar que caminamos bajo la compañía del Unigénito Hijo de Dios y que tenemos una estrecha comunión con Él, pero cuando en realidad estamos caminando solos, porque el pecado se ha interpuesto entre nuestra relación con nuestro Redentor. Al igual que pensamos que Jesucristo camina junto a nosotros, en cierta ocasión, José y María también pensaron que Jesús caminaba junto a ellos cuando iban de regreso a su casa en Nazaret. Este suceso nos relata el doctor Lucas en su evangelio: “José y María caminaron un día entero, pensando que Jesús iba entre los compañeros de viaje. Después lo buscaron entre los familiares y conocidos, pero no lo encontraron. Entonces volvieron a Jerusalén para buscarlo.” Lucas 2:44 TLA.
    La decadencia espiritual es muy sutil y más común de lo que pensamos entre los seguidores de Jesucristo. Cuando esto ocurre en nuestra vida espiritual, la mayoría de nosotros no somos conscientes de nuestra frialdad en la relación con el Señor y pensamos que mantenemos la misma relación espiritual con Él que cuando entregamos nuestras vidas a Su servicio. Aunque no nos demos cuenta de nuestra decadencia espiritual, las personas que están a nuestro alrededor sí que se dan cuenta. Ellos solo con escucharnos hablar o ver nuestra conducta, pueden decirnos que hemos abandonado nuestro primer amor al Señor pese a que participemos activamente en las actividades de nuestras congregaciones.
    Asistir frecuentemente a los servicios de la iglesia y participar en las diferentes actividades de la misma, no es una garantía de que estemos caminando bajo la compañía del Señor, porque todo esto lo podemos hacer de manera automática, sin el temor y la reverencia al Unigénito Hijo de Dios. Podemos notar que estamos caminando sin la compañía del Señor, cuando preferimos las cosas de este mundo antes que las cosas espirituales. Cuando somos criticones en vez de ser amorosos y amables con quienes nos rodean. Cuando nuestras palabras son insultantes y soeces en lugar de ser más dulces que la miel.
    Lo notemos o no, estamos caminando solos y nos podemos dar cuenta porque hemos perdido nuestro cántico de alegría al Señor, pese a que asistamos a la iglesia. Además, no tenemos el anhelo de estar en la casa del Señor como lo teníamos al principio de nuestra vida cristiana. Posiblemente no sepamos cuándo dejamos de caminar junto al Señor, pero es momento de que empecemos a caminar nuevamente a lado de Él, ya que solo junto a nuestro Señor tendremos la verdadera felicidad de servirle, honrarle y glorificarle.

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  • NADIE NOS PUEDE CONDENAR
    Nov 26 2024

    NADIE NOS PUEDE CONDENAR
    Toda persona, aunque lo niegue o no lo quiera aceptar es pecadora, y por ende está bajo condenación. Esta condenación definitiva se dará en el final de los tiempos, cuando Dios se siente en su santo trono celestial para juzgar a todas las naciones del mundo. De este terrible juicio solo se salvarán los que hayan aceptado en su corazón, el sacrificio realizado por el Unigénito hijo de Dios en la cruz del calvario, ya que a los redimidos por la sangre de Jesucristo, nadie los podrá condenar, ya que todos sus pecados pasados, presentes y futuros, fueron justificados con la muerte sacrificial de Cristo Jesús en el madero. Este hecho maravilloso y reconfortante para los hijos de Dios, nos lo afirma el apóstol Pablo: “Entonces, ¿quién nos condenará? Nadie, porque Cristo Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros, y está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios, e intercede por nosotros.” Romanos 8:34 NTV.
    Es un hecho maravilloso que nadie puede condenar a los hijos de Dios, ya que gracias a la muerte de Su amado Hijo Jesucristo en el madero, Dios los absuelve de toda culpa y perdona absolutamente todos sus pecados. Tras la regeneración, la vida del creyente se vuelve como si nunca hubiese pecado, razón por la cual no puede ser condenado por nadie. Aunque nadie puede condenar a los hijos de Dios, su enemigo, Satanás, se levanta para tratar de acusarlos y llevarlos a la condenación eterna. Cuando esto sucede en el reino de los cielos, Jesucristo que está a la diestra de Dios Padre, se levanta como el abogado de todos los redimidos por Su preciosa Sangre para defenderlos y absolverlos de todos los cargos imputados por el maligno. Si Jesús, como un buen abogado siempre intercede por sus redimidos, entonces no hay nadie más que pueda tener ninguna razón válida para condenarlos.
    Jesucristo derramó hasta la última gota de su preciosa sangre en la cruz del calvario para que la humanidad pecadora pueda escaparse de la condenación eterna. Los que aceptan este precioso sacrificio, no serán condenados, ya que Jesucristo ya pagó con su vida por esa condenación. Ahora los creyentes son totalmente libres de toda condenación futura. Pero los que no acepten el sacrificio de Jesucristo, siguen bajo la condenación de sus pecados, pese a que Jesucristo murió para rescatarlos. La fe en la muerte y resurrección del Unigénito Hijo de Dios, es la única manera de que el pecador puede liberarse de la condenación eterna, ya que la muerte de Jesucristo actuará en su favor, borrando absolutamente todos sus pecados y absolviéndolo de toda condenación futura. Al que acepta a Jesucristo como su Señor y Salvador, nadie lo podrá condenar, ya que Él personalmente intercederá delante de Dios Padre, y los absolverá de toda culpa.

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  • APRECIO A LOS MINISTROS DE CRISTO
    Nov 25 2024

    APRECIO A LOS MINISTROS DE CRISTO
    El amor por compartir las Buenas Nuevas de salvación y vida eterna, es el motor que mueve a los verdaderos siervos de Dios. Por este amor y pasión por el evangelio, no les importa dedicar la mayor parte de su tiempo para enseñar a otros, sin recibir ninguna contribución económica. Su más ferviente anhelo es que el evangelio de la cruz sea predicado a todos los hombres. Predicar el evangelio de la cruz y dirigir una congregación cristiana ya establecida sin esperar alguna contribución económica, sería lo óptimo de los siervos de Dios, pero no lo más adecuado para las iglesias de Cristo, ya que las iglesias ya establecidas se mal acostumbran a no sustentar a los que les alimentan espiritualmente. Este fue el caso de la iglesia de Corinto, tal como nos da a conocer el apóstol Pablo: “¿Estaba equivocado cuando me humillé y los honré al predicarles la Buena Noticia de Dios sin esperar nada a cambio?” 2 Corintios 11:7 NTV.
    Predicar sin recibir alguna contribución económica, es propia de un verdadero siervo de Dios, pero un mal testimonio para las congregaciones ya establecidas, ya que el deber de una congregación cristiana, es sustentar a quienes los alimentan espiritualmente, ya que ellos, dedican la mayor parte de tiempo para estudiar la palabra, planificar las prédicas y enseñanzas, y estar en comunión con Dios. Además, dan parte de su tiempo para administrar los diferentes ministerios de la iglesia, también dedican parte de su tiempo a sus consiervos para instruirles en la palabra, para aconsejarlos y orar por ellos. Por todo el tiempo que invierten en el ministerio, es justo que la congregación se preocupe por sustentar las necesidades de los verdaderos siervos de Dios.
    El apóstol Pablo, por un largo tiempo compartió la palabra de Dios a los creyentes de la iglesia de Corinto, pero en todo ese tiempo, la iglesia no hizo nada para sustentar al siervo de Dios. Al igual que esta iglesia, algunas iglesias de la actualidad, no se preocupan por sustentar las necesidades de quienes velan por sus necesidades espirituales y comunión con Dios. Posiblemente no todas las congregaciones cristianas tengan los recursos económicos para sustentar las necesidades de sus pastores, pero otras congregaciones teniendo las posibilidades, no se preocupan de hacerlo, de esta manera estas congregaciones deshonran la labor pastoral que realizan los llamados para ejercer este ministerio. Una congregación no tiene que quedarse tranquila escudándose de que no tiene los recursos necesarios para ayudar a suplir las necesidades de quienes velan por los requerimientos espirituales de la congregación. Si valoran los esfuerzos que hacen sus pastores, deben tratar de ayudarlos, no importa que sea con mucho o poco, lo importante es que se demuestre el aprecio que se les tiene, y que valoren el tiempo que invierten para estar al frente de la congregación.

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