Nos (y os) gustan los directores de orquesta, y todavía más cuando sus vidas tienen anécdotas e historias que nos hablan de épocas pasadas y de carácteres extraordinarios. El caso del director holandés Willem Mengelberg es uno de ellos, pues durante el medio siglo en el que ejerció como director titular de la Orquesta Real de la Concertgebouw de Ámsterdam transformó la orquesta hasta convertirla en un referente de la música clásica a nivel europeo. Hoy os contamos su vida, desde su formación en Utrecht, Colonia y Lucerna hasta su exilio en Suiza tras ser acusado de colaboración con el Tercer Reich, pasando por su amistad con Gustav Mahler y su obsesión con el perfeccionismo en la música. En definitiva, un símbolo de la música y la dirección de orquesta durante la primera mitad del siglo XX y un hombre cuya influencia no podemos destacar lo suficiente. Y de propina, un concurso de deletrear.