Mexican Women

When Aida Hernandez was born in 1987 in Agua Prieta, Mexico, the nearby US border was little more than a worn-down fence. Eight years later, Aida’s mother took her and her siblings to live in Douglas, Arizona. By then, the border had become one of the most heavily policed sites in America. Undocumented, Aida fought to make her way. She learned English, watched Friends, and, after having a baby at 16, dreamed of teaching dance and moving with her son to New York City. But life had other plans.

¿Quién no ha contemplado en alguna de las cintas del cine de oro mexicano a una mujer de aspecto bello y seductor, pero a la vez tan cruel y fría? "La Doña", como se la conoció gracias a su insuperable interpretación del personaje literario Doña Bárbara, era poseedora de una personalidad que no distaba mucho de la poderosa terrateniente a la que encarnaba.

La emperatriz volvió a ser princesa. Después de que su marido fuera fusilado en el Cerro de las Campanas, la consentida, la enamorada, se convirtió en una paria de las monarquías europeas y pasó sesenta años en la locura. Esta obra es la primera que se concentra en las seis décadas que Carlota de Sajonia-Coburgo-Gotha vivió después de que se derrumbara el Segundo Imperio Mexicano, y ofrece un estudio lúcido de uno de los personajes más apasionantes en la historia del país.

"Se dice que la realidad supera la ficción. Pues en esta poderosa breve historia se demuestra una vez más la máxima. La larga travesía de una niña mexicana narra los pasos de una mujer que nace en un medio hostil e implacable, pero que gracias a su tenacidad, logra superar los obstáculos que le presenta la vida y hasta su propia familia. Los lectores, sin duda, quedarán conmovidos luego de conocer el relato de Karina Mendoza".

Jovita dreamed of wearing pants! She hated the big skirts Abuela made her wear. She wanted to scale the tallest mesquite tree on her rancho, ride her horse, and feel the wind curl her face into a smile. When her father and brothers joined the Cristero War to fight for religious freedom, Jovita wanted to go, too. Forbidden, she defied her father's rules - and society's - and found a clever way to become a trailblazing revolutionary, wearing pants!