Spanish Empire History

Constantino el Grande es una figura histórica compleja, rodeada de controversias y contradicciones. Las fuentes históricas que tratan su figura a menudo resultan tendenciosas, sea a favor o en contra, y es normal, pues fue el primer emperador de Roma que se convirtió al cristianismo. Sus defensores, empezando por él mismo y los que lo rodeaban, exhiben la brillantez de sus logros y de su personalidad, pero sus enemigos políticos dibujan el cuadro con colores mucho más oscuros, casi tenebrosos.

India es un país repleto de misterio, riqueza y profundo descubrimiento espiritual. Cada faceta de esta antigua tierra parece perfumada con las famosas especias que atrajeron a los comerciantes europeos a sus costas hace más de cinco siglos. Aquí, musulmanes, hindúes, cristianos, sikhs y budistas viven hombro con hombro en un mundo repleto de múltiples dioses y rutas de peregrinación yuxtapuestas, cada una perfectamente pacífica en sus propias creencias y tradiciones.

La alienación de la gente del gobierno y la sociedad misma puede verse como resultado de la transformación helenística. También se puede ver dentro del arte del período. Los eruditos, artistas y filósofos comenzaron a rechazar los ideales colectivos y, en cambio, se centraron en el culto al individuo. Las esculturas ya no eran de dioses e ideales, sino de individuos, y los filósofos cultivaron las ideas de felicidad y placer individuales.

Precursores de los aztecas (lo que en sí mismo es asombroso), la civilización precolombina de los toltecas despertó tanto respeto y admiración en sus sucesores, en especial por su dominio de la artesanía y su ferocidad en la guerra, que los aztecas afirmaban ser sus descendientes. ¿Por qué este imperio llegó a ser considerado la cúspide de la cultura, la sofisticación y la civilización? ¿Cómo y por qué los superaron los aztecas?

El último territorio del antiguo imperio romano fuera de Europa era Constantinopla una ciudad de grandes murallas y fortaleza protegida. Pero la presión turca para invadirla cada vez era mayor y el sultán Mehmed II está completamente obsesionado con capturar la ciudad que identifica con el símbolo de la cristiandad.