Esta luna nos invita a entrar en contacto con la realidad, asumiendo las responsabilidades que efectivamente nos corresponden. Esto quiere decir, al mismo tiempo, aceptar lo que es nuestra responsabilidad y dejar de cargar con lo que no. Dejar con el otrx lo que es del otrx nos alivia y, al mismo tiempo, nos permite asumir cabalmente los propios límites, registrar dónde nos terminamos, dónde está nuestra piel.
El corte que trae esta luna será abrupto y feroz. Una especie de despertador sonando en medio de la noche, que nos arranca del suave letargo del sueño. El cuerpo será protagonista de esa irrupción, un espasmo que nos sacude revelando lo que, a pesar de ser evidente, estaba escondido.
Escuchar al cuerpo es, en un primer momento, incómodo y desafiante, pero luego, a medida que nos habituamos a hacerlo, se vuelve cada vez más dulce. El registro de nuestra existencia física nos acerca al mundo, a la vida y a lxs demás; nos aleja de las fantasías que nos hunden y nos separan de lo que en realidad somos. Esta luna trae una disrupción probablemente incómoda, pero que al final del día será un regalo que nos hará más amable la vida.
Esta luna llena nos invita a desarmar algunas de las fantasías que sostienen nuestra subjetividad pero que ya nos resultan pesadas. Sacudir la identificación con el esfuerzo, con la soledad; desarmar el vínculo que nos une al abandono y a la ausencia; despegarnos del rechazo que sentimos tan propio. Disolver la fantasía es aventurarse, arriesgarse al encuentro con lo desconocido, con lo nuevo.
Una gran fantasía que puede resquebrajarse en esta luna llena es la del mérito, la idea de que no hay diferencias en nuestros puntos de partida, y de que todo lo que logramos es fruto de nuestro esfuerzo. La diferencia nos permite existir. Nacemos de alguien más grande que nos asiste y nos da herramientas para desplegarnos en este mundo. No todo lo que somos y lo que tenemos nos es dado, pero lo que nos dieron constituye nuestro punto de partida. Desde esos diferentes puntos de partida, nos enredamos, nos asociamos y producimos junto a otrxs. Esa diferencia es esencial.
Otra fantasía muy extendida es la de que somos una individualidad aislada, que no necesita de nadie para existir. El ingreso de plutón a acuario trae un gran sacudón a este mandamiento de nuestra sociedad moderna; y esta luna llena nos permite acercar a la experiencia propia esta transformación colectiva. Somos un punto en una trama, y en tal caso nuestro mérito será ampliar las conexiones de las que somos capaces.
A muchxs nos acompaña la sensación de haber sido niñxs autónomxs. De que nos las arreglamos solxs, que no hubo nadie ahí para asistirnos y ayudarnos. Esta luna nos permite desarmar algunos de los mecanismos emocionales que nos ayudaron a sobrevivir, aceptando que ahí donde no hubo cuidados de alguien más grande que nosotrxs, vivimos el desamparo. Ese desamparo terminó cuando fuimos mayores y aprendimos a cuidarnos.
Visualización.Una estatua rígida, marmórea, sobre la arena en la playa. Más allá, los barcos se acercan al horizonte, están apunto de caer. Un ave se posa sobre la mano y mira a los insectos que pretende cazar. Impulsándose sobre la piedra fría, levanta vuelo. El mar se ha tragado a los veleros, como ha de tragarse el sol. La estatua sola en la playa, observa, permanece.
