¿Para qué puede servir la meditación?
En muchas ocasiones se valora la importancia de la meditación de cara a producir un cambio social positivo.
Muchas veces se estima que aunque puede ser de gran beneficio para la persona no es de utilidad para lograr un mundo mejor y por ello se desestima y se descarta.
Es normal que pensemos que por sentarnos en meditación no va a cambiar nada en esa vida humana que nos rodea y envuelve.
Pronto nos daremos cuenta que mantener una práctica meditativa cotidiana mejora nuestra calidad de vida y nuestras relaciones con los demás serán más conscientes de manera que vamos a afectar a nuestro entorno positivamente. Dejaremos a un lado las posturas reaccionarias y nos basaremos en lo cercano, lo que sí podemos mejorar.
La sociedad nos invade de preocupaciones sobre temas que no podemos alcanzar, ni siquiera conocer la realidad de los sucesos y por ello nos aliena tremendamente llegando a la conclusión de que nada podremos hacer para evitar el curso de las cosas.
Se requiere entonces percibir nuestro entorno cercano y que profundicémoslo mucho más en el silencio de la meditación accediendo a la sensación de ser.
Entrando en ese silencio dejando nuestra idea de yo, sin más intenciones que escuchar nuestro interior, veremos que toda esa capa de ideas e influencias sobre “cómo está el mundo” desaparece en pos de percibir nuestra realidad interior.
Vemos que la idea de no poder cambiar el curso de la humanidad está generada desde ese exterior adherido a la idea limitada del yo y lo lejano.
Cuando nos apoyamos en esa sensación de ser interior y dejamos todo lo efímero y humano fuera de nuestra atención muy pronto la calma y la paz nos llenarán por completo.
Con ello las ideas de límites e incapacidades desaparecen y a cambio se ampliará nuestra sensación de ser y nuestra capacidad de sentir la realidad interior de todo.
En esos momentos la sensación de realidad es mucho más intensa que cuando estamos envueltos en esos enjambres de pensamientos que nos aplastan sobre lo que es la vida y su utilidad.
Si estamos meditando en grupo tendremos la certeza de estar conectados al interior de los demás y de que compartimos una misma realidad que se expande.
Dejándonos hacer en esa sensación veremos que no solo englobamos la presencia en el grupo sino que esa misma sensación se percibe en nuestro entorno y en todo lo que existe.
Se logran una sensación de consciencia mucho más amplia, una fuerza de ser mucho más potente, lo que nos aumenta la sensación de ser verdad y de vivir realmente.
Esto, lejos de ser una ilusión, es algo que queda almacenado en nuestro interior y que puede mantenerse en el día a día, cada vez con más certeza de ser.
Estos logros nos animan a seguir dejándonos sentir más y más y a vivir desde la consciencia de ser.
Esa sensación de ser amplificada es algo que no podremos controlar y que a su vez estará en nuestro interior, se trata de algo mucho mayor que el simple pensamiento de la idea de yo.
Cuando esa sensación interior supere en fuerza a la idea de yo será ya una constante que nos leva a través de los acontecimientos de la vida.
Pasaremos de sentirnos separados e individuales a percibir como una unidad que termina por englobar todo lo que nos rodea, ya sean personas, animales o demás manifestaciones en lo material.
Serenos sensibles espacialmente a todos los seres que meditan en este momento en toda la Tierra con si estuviésemos unidos en esa sensación que nos conecta desde el interior.
Si no le ponemos un límite tendremos la sensación de estar unidos a la humanidad completa.
Esa conexión misteriosa es ya en sí misma una transformación completa en nuestra relación con la vida de manera que abrimos una puerta de realización en el corazón humano. Como una puerta que queda a disposición de cada ser y que podrá abrir en base a su libre albedrío.