Porres va al concierto de Tulsa, que podría ser su amor platónico. Allí conoce a Íñigo Coppel, músico bilbaíno, amante de Dylan y Loudon Wainwright III, que lleva 18 años en Madrid sobreviviendo de la música y le vierte todas sus miserias. Lo mismo que hace con los parroquianos del bar de abajo. Porres promete y promete y promete y luego da mucho menos. Pero lo que da es tan grande que no cabe en este podcast.