A medida que adquirimos formación y experiencia vamos fortaleciendo nuestro conocimiento, capacidad de análisis y comprensión sobre lo que nos rodea. Empezamos con ese proceso prácticamente desde que nacemos y con el tiempo vamos “aprendiendo a aprender” para ir creciendo y madurando cada vez más, o al menos así es como debería ser.
El objetivo del aprendizaje es adquirir conocimientos y habilidades que nos permitan afrontar con éxito las distintas situaciones desafiantes que iremos enfrentando a lo largo de la vida. En la actualidad hay evidencias que sugieren distintas alternativas educativas que permiten desarrollar las habilidades cognitivas, sociales, físicas y emocionales, además de fomentar la creatividad.
En el pasado se pensaba que era el esfuerzo y el sufrimiento lo que determinaba la evolución positiva del aprendizaje, por lo que durante mucho tiempo la coerción y el castigo asociado a la disciplina eran considerados como el mejor modo de proceder para conseguir que el conocimiento se entienda y se asimile.