En nuestra vida cotidiana, muchas veces creemos que nuestras decisiones son producto del libre albedrío, pero en realidad, nuestras acciones suelen estar condicionadas por patrones inconscientes, creencias y hábitos heredados. El karma, como la ley de causa y efecto, refleja cómo nuestras elecciones pasadas influyen en el presente. Sin embargo, el verdadero poder del libre albedrío radica en nuestra capacidad para elegir conscientemente, desactivando esos patrones y tomando decisiones alineadas con nuestra verdad interior. La verdadera libertad se encuentra en la conciencia de nuestras elecciones, donde destino y elección se entrelazan, guiándonos hacia una vida más plena y significativa.