La prueba es la forma como Dios promociona a sus hijos. Las dificultades son oportunidades divinas para elevarnos y mostrarnos su fidelidad. Si pasas la prueba desde tu forma de pensar, fracasarás. Pero si la pasas desde tu posición en Cristo, triunfarás. Nuestra victoria no está en nuestras fuerzas, sino en nuestra identidad como hijos de Dios.