Nuestro planteamiento base, es que el estado meditativo es nuestra esencia. Por razones que se refieren básicamente al miedo, desarrollamos un sistema defensivo muy eficiente que nos insensibiliza frente a esas amenazas. Esta coraza protectora es la que nos ha alejado de lo que verdaderamente somos. El contacto profundo con nuestro cuerpo es una vía para reconectar con nuestra esencia original.