Los parásitos tienen una relación bastante curiosa con sus huéspedes: no solo se alimentan de ellos, sino que algunos hasta pueden manipular su comportamiento. Imagina esto: hay parásitos que, al infectar a un animal, lo "controlan" de alguna forma para que haga cosas que le favorecen al parásito, como exponerse a depredadores o acercarse a un ambiente donde el parásito puede reproducirse. Es como si tuvieran el poder de cambiar la forma en que su huésped piensa y actúa, todo para asegurar su propia supervivencia. ¡Es una jugada maestra de la naturaleza! ¿Increíble, verdad? Pero también un poco aterrador. Hablaremos de ello con el Dr. Jaime Anaya Rojas de la Universidad de Münster, Alemania.