Los hombres deben pasar la vida luchando por mostrar que pueden ser lo que esperan de ellos, pero normalmente se trata de evidenciar que están totalmente alejados de la vulnerabilidad y la emotividad. Nos damos cuenta entonces que nacer hombre para muchos significa tener que estar en un desierto emocional. Surge así la definición de Hombre Precario: aquel que le falta entrar en contacto con sus emociones. Pero es posible lograr ser hombre de verdad, aprendiendo a sentir y vivir las emociones, pudiendo ser realmente humano, a través de la reflexión, la comprensión y la conexión con otros en relaciones que se conviertan en experiencias significativas para la vida.