La verdadera intimidad no es solo sexual. Denota mutua vulnerabilidad, apertura y compartir. Suelo decir que la más miedosa y hermosa intimidad es en la que empelotamos el alma. Y por supuesto, poder hacerlo requiere sentirse a salvo expresando nuestros sentimientos En este episodio a través de las historias de confrontaciones de amigos hombres, dos muy cercanos, y uno que el Universo puso en mi camino tal vez para decirme lo que mis hermanos del alma no me habían dicho, porque yo no me había sincerado del todo con ellos, te compartiré tres lecciones sobre cómo: (i) el trabajo personal nos prepara para develar pajazos mentales (fantasear como cierto algo que no es real), (ii) a lo que debe acceder un hombre sí o sí para que sea merecedor de tu amor y (iii) los regalos de empelotar el alma con amigos (as) e incluso en un primer date.