Épisodes

  • 178 EPÍLOGO UN ALMA EN CRISTO (1993) Libro 2
    Oct 10 2024

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    📕 Libro II Un alma en Cristo

    EPÍLOGO

    «Dios, que se sirve del lenguaje de los signos humanos para comunicarnos su Luz, de tal modo se hace condescendiente con nosotros, que se adapta a nuestros temperamentos y a nuestras necesidades particulares a la hora de escoger dichos signos. Lo hace para así llegar a nosotros con una certeza mayor.

    Para un hombre que tiene una fe pura y simple Dios se expresa con un lenguaje de signos externos que ponen su fe en vibración. Para una fe, que el racionalismo imperante ha convertido en excesivamente prudente y crítica, Él adopta un lenguaje más intelectual. Las visiones y revelaciones eran más numerosas para los místicos españoles del siglo XVI; pero, para llegar a las mentes modernas e influir en ellas, Dios perece dejar de lado el lenguaje de los signos externos extraordinarios para infundir su Verdad directamente en las almas. Por eso distribuye con más abundancia hoy día el don de una contemplación pura y simple. De este modo, la Misericordia Divina se hace más condescendiente y se pone a la altura de la pobreza espiritual de nuestro tiempo.

    La solicitud que Dios muestra abajándose a nuestro nivel, se pone de manifiesto con una delicadeza entrañable en las mismas intervenciones extraordinarias. Las mismas visiones y locuciones que imparte, revelan ciertamente su origen transcendente por el peso que comportan y por sus efectos; pero son tan sencillas, tan humanas, tan cercanas a nosotros por sus elementos constitutivos, que no nos asustan ni nos causan alarma alguna. A través de ellas y haciéndose muy humano, Dios se abaja y se acerca más al alma mostrándose a ella como Dios.

    Para revelarse a los hebreos, Dios se sirvió de la riqueza de sus símbolos particulares para así grabar sus enseñanzas en su alma. Pero a Bernadeta le habla en el patois de los pastores de Lourdes y le contesta así, en ese dialecto, su pregunta diciéndole que Ella es la Inmaculada Concepción.

    Lo divino y lo humano, lo transcendente y ordinario, están tan maravillosamente integrados en los fenómenos místicos extraordinarios, que la simple armonía resultante se vuelve señal inconfundible de su origen sobrenatural».(P. María-Eugenio del Niño Jesús, carmelita descalzo, en Soy hija de la Iglesia)Lector amigo, que has leído y considerado en tu meditación los dos volúmenes de esta obra, Un alma en Cristo, estas palabras de un sabio teólogo místico contemporáneo, ¿no te explican el tono de las locuciones de Dolores Avalos y el eco de verdad y amor que ellas inspiran en tu corazón?

    Un sacerdote amigo

    Grupo María Auxiliadora (1993). Un alma en Cristo Libro II

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  • 177 Un sueño que preocupa UN ALMA EN CRISTO (1993) Libro 2
    Oct 10 2024

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    📕 Libro II Un alma en Cristo

    12 de diciembre de 1993

    𝕌𝕟 𝕤𝕦𝕖ñ𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕡𝕣𝕖𝕠𝕔𝕦𝕡𝕒

    Estoy en oración en mi habitación. M., una señora amiga, me ha llamado para preguntarme acerca de un sueño que ha tenido. Ha soñado que un hermano suyo tenía cáncer. Ella teme asustar a su hermano si se lo dice; pero, si no lo hace, teme también que tendrá remordimientos por no habérselo advertido. Por eso me ha pedido que pregunte sobre ello al Señor.

    Amada hija mía M. Yo, tu Dios, te bendigo guarda mis Mandamientos en tu corazón y camina en mi santo Nombre. Te amo como jamás te ha amado nadie y guardo grandes gozos para tu alma. Mira, hija mía, lo que has soñado no es más que la inquietud que siente tu alma. Pero el alma entregada a Mí debe vivir de esperanza y amor a su Dios; no puede estar siempre sobresaltada pensando qué sucederá.

    Sé que, a través de tus sueños, algunas veces te ha sido revelado lo que iba a suceder, y dándote cuenta cuando ha pasado ya, te has sentido culpable de no haber hecho caso y de no haber impedido, de alguna forma, que sucediera lo que tú habías visto en sueños. Yo, amada mía, te digo que no podías haber impedido nada, pues todo ello debía pasar.

    Lo que sí puedes hacer siempre en estos casos es orar, y eso ya es mucho, pues de esta forma puedes obtener misericordia para ellos. A tu hermano, por tanto, no le digas nada, sólo ora para que Yo le ayude y lo atraiga hacia mi divino Corazón.

    Tú, hija mía, no puedes detener lo que a cada uno ha de venirle, ni puedes pasar tú los sufrimientos de los demás. Puedes sufrir con ellos, pero nada más. A cada uno le está asignada su Cruz y sólo él deberá cargar con ella. Tú, hija mía, sólo puedes orar y ofrecerme tus sufrimientos, que Yo acogeré con gran amor. Recuerda pues, hija mía, que, pase lo que pase, no debes sentirte culpable pues, aunque lo hayas soñado, no podrás detener el curso de las cosas. Tus revelaciones se te dan como una Gracia para que ores por las personas protagonistas de tu sueño y te ofrezcas por tus hermanos a tu Dios. Él está esperando tu entrega y ama tus sufrimientos. Él quiere que te mires en Él y Yo en ti. Ayudaré a todos por tu amor, hija mía.

    Grupo María Auxiliadora (1993). Un alma en Cristo Libro II

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  • 176 Matrimonios declarados nulos UN ALMA EN CRISTO (1993) Libro 2
    Oct 10 2024

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    5 de diciembre de 1993

    𝕄𝕒𝕥𝕣𝕚𝕞𝕠𝕟𝕚𝕠𝕤 𝕕𝕖𝕔𝕝𝕒𝕣𝕒𝕕𝕠𝕤 𝕟𝕦𝕝𝕠𝕤

    En oración en mi habitación. Un separado, que hace siete años lo dejó su mujer, se ha mantenido consecuente con su fe durante todo este tiempo, a pesar de que ha pasado momentos de mucha soledad. Ahora anda medio enamorado de una mujer también separada. Me contaba aquél, que un sacerdote le había dicho que por tres millones la Iglesia le podía anular su matrimonio. Yo no entiendo esta postura de la Iglesia. Pienso en el torero Paquirri que, habiendo estado casado y con dos hijos de su primera esposa, se ha casado luego por la Iglesia con la cantante Pantoja.

    Yo, Señor, le dije a ese separado que, siendo que la Iglesia anula los matrimonios por dinero, y ya que tú le dijiste a Pedro que lo que éste ate en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desate en la tierra quedará desatado en el cielo, yo me casaría, pues en este caso es la Iglesia quien habría de dar cuenta de mis actos, no yo. Creo que no le aconsejé bien. El caso es que ese hombre separado me ha pedido que te pregunte y que le transmita a él tu respuesta.

    Sonrío pues tu pregunta es aguda y directa. Yo te contestaré del mismo modo.

    He de decirte, mi bien amada criatura, cuán apesadumbrado está mi Corazón por tantos y tantos errores que, en mi santo Nombre, cometen los hombres, en este caso los eclesiásticos. En algunos casos sí que hay unas cláusulas, con las cuales estoy de acuerdo, para la declaración de nulidad del matrimonio. Lo malo es que utilicen esas cláusulas abusivamente para desobedecer mis Mandatos. En este caso es el hombre el que se engaña, no Yo. Tanto el que pretenda anular el matrimonio, estando enterado de que no existen dichos apelativos y que se trata sólo de un intento de engaño para suprimir un sacramento, como el cónyuge que aspire a ser liberado de dicho matrimonio, todos me habrán de dar cuentas, pues mi Ley no es Ley de hombres, sino de Dios. Todo el que la comprenda tendrá que ponerla en práctica y, de no ser así, me habrán de dar cuentas.

    Hija mía, mi Ley no se compra con dinero. Mi Ley no se vende. O se sigue dicha Ley, o se aparta uno de ella y, en este caso, me habrá de rendir cuentas.

    Hija mía, es cierto que le diste un mal consejo a ese separado. Tanto él como tú sabéis como mi Corazón sufre por tantos motivos; sobre todo por tantos pecados cometidos por mis consagrados. Todos ellos, cuando llegue el día de rendir cuentas, lamentarán el haber nacido pues, si hay algo con lo que soy severo, es con la Ley de Dios, con mi Ley. Si soy justo es porque hago respetar dicha Ley. No olvides, hija mía, que por ella cogí el látigo en el templo. Sólo he cogido el látigo para hacer respetar la Ley de Dios y la Casa de mi Padre. En el caso de esos matrimonios se violan las dos cosas: una es mi Ley y otra que quien la viola son mis sacerdotes en la Casa de mi Padre.

    Sé que muchos dicen: «Son leyes viejas, caducas. Ahora que se han puesto tan de moda las separaciones matrimoniales, hay que renovar la Iglesia, hay que hacer que ella siga adelante con los nuevos tiempos». Pero Yo les digo: Insensatos, ¿qué decís? La Iglesia no puede ser renovada en su contenido esencial, pues en lo intrínseco de su ser está Dios y su Ley de Amor y Misericordia.
    Esta Ley es para todos los tiempos; hasta que Yo venga. Sólo hay una Ley, como sólo hay un Dios. El hombre no debe olvidar esto.

    Por lo tanto, dile a ese separado que, aunque tampoco debe hacerlo, más le valdría que se juntara antes que violar mis Mandatos. Que debe pensar qué va a hacer y cómo. Pero en todo caso Yo le pediré cuentas; también puedo tener misericordia. Y tú, hija mía, guárdate de dar consejos semejantes. Sé que te indujo a hacerlo la pena de la soledad de ese separado. Pero es mejor estar solo que pecar. «Si tu mano te hace pecar, córtatela». ¿Comprendes, hija mía?

    Un alma en Cristo Libro II

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  • 175 Unos días espantosos UN ALMA EN CRISTO (1993) Libro 2
    Oct 10 2024

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    14 de noviembre de 1993

    𝕌𝕟𝕠𝕤 𝕕í𝕒𝕤 𝕖𝕤𝕡𝕒𝕟𝕥𝕠𝕤𝕠𝕤

    En oración en mi habitación. En Girona me preguntaron lo siguiente: «Si vienen los tres días de tinieblas de los que se habla en algunas profecías de santos, ¿qué deberíamos hacer? Pues parece que bien debiéramos almacenar algo de comida, como arroz, patatas y otras cosas, por si acaso. A mí, particularmente me parece absurdo eso pues creo que el momento será tan grande que no pensaremos en comer. Pero me atrevo a preguntarte.

    Amada hija mía, se lo que te preguntaron y lo que tú quieres decir. En efecto, serán unos momentos tan grandes y tan espantosos que nadie, absolutamente nadie, pensará en comer. Por mucho que te esfuerces, no podrás imaginar la grandeza y el terror de esos momentos.

    También me han preguntado acerca de lo que deberemos hacer. Yo no sé qué contestarles.

    Te diré lo que habréis de hacer. Cuando empiece todo, no será de pronto, sino progresivamente. Nadie pensará que ha llegado el momento, pues, al principio, el hombre creerá que se trata de un hecho natural. Pero irá avanzando poco a poco hasta que se convencerá la gente que no es algo normal. Ese tiempo lo necesitará el hombre para reunirse con su familia y amigos. Tendrán velas que encenderán, pues la luz eléctrica se marchará. No habrá luz, sólo arderán las velas. Si éstas están bendecidas, sólo bastará una. El agua también se irá, quedando el hombre a merced de los elementos. Estos desatarán su furia. No hará falta nada porque el hombre creerá llegado su fin y no se acordará más que de su Dios, al cual, de rodillas, rendirá honor y gloria. Las gentes permanecerán largas horas arrodilladas en oración, pues pensarán que ha llegado el momento. Por ello, las familias permanecerán unidas; no se abrirán las puertas ni las ventanas. Se echarán las persianas y se cerrará todo, no porque Yo lo diga, sino para huir del griterío y ruido infernal. Las mentes y los corazones de los que no me amen, me invocarán llenos de terror. Para ellos habrá llegado el momento de abrírseles la mente. Sus almas temblarán ante el abismo, que estará abierto para tantos y tantos desdichados.

    Por lo tanto, hijos míos, sólo tendréis que orar, pedir misericordia, uniros unos con otros y llamar a todos los santos y ángeles del cielo. De todos ellos recibiréis ayuda, pues mi ejército celestial poblará la tierra. Vendrán junto con mi santa Madre a daros ayuda y a poner paz en vuestros corazones. No temáis, pues todo aquel que me ame estará a salvo. Yo os prometo protección.

    Grupo María Auxiliadora (1993). Un alma en Cristo Libro II

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  • 174 Ése mensaje no es mío UN ALMA EN CRISTO (1993) Libro 2
    Oct 10 2024

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    11 de noviembre de 1993

    𝔼𝕤𝕖 𝕞𝕖𝕟𝕤𝕒𝕛𝕖 𝕟𝕠 𝕖𝕤 𝕞í𝕠

    En oración en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, donde he ido a confesar. Javier me ha pedido si podía preguntar algo al Señor. Me cuenta que le han dado un mensaje de una vidente y en el cual se le dice que debe ayudar a un grupo de oración. Él me pregunta porque teme que ese mensaje no sea tuyo.

    Javier, hijo mío, ese mensaje no es mío. No caigas en el temor que te produciría la duda de no estar haciendo mi Divina Voluntad. Yo jamás pido al hombre dos misiones a la vez: sólo pido una bien hecha. Si el hombre quiere, por su cuenta, trabajar en varias cosas a la vez, es cosa suya, no es mía. Si esa labor es para mi Reino, Yo la bendigo con todo mi Corazón; pero Yo, hijo mío, no te pido que lleves ese grupo de oración porque tú trabajas y ya estás comprometido con el Grupo de María Auxiliadora, la Adoración Nocturna, el Grupo Mariano y tu trabajo profesional. No, no te pido más. Pero si puedes darles unas nociones de cómo deben llevar el grupo, hazlo sin comprometerte; sin pensar que Yo te lo pido.

    Piensa, hijo mío, que hay muchos videntes; demasiados videntes y pocos tienen Director espiritual, cuando es lo primero que deben tener. Un alma escogida por Mí no debe fiarse de sí misma y debe entrar en el camino de la obediencia. A través de ella, debe seguir mis Mandatos. Yo, hijo mío, respeto muchísimo al hombre, y más su libertad. Por ello Yo no enviaría mensajes al que no me los pida. Por lo tanto, como no soy Yo el que ha dado ese mensaje, obra en consecuencia. Haz lo que puedas, pero por tu voluntad, no por mi Mandato.

    Hijo mío, descansa en Mí. Tu labor está con el Grupo de María Auxiliadora. Hay que abrir nuevos caminos. ¡Hay tanto que hacer! Confía, hijo mío. Ten fe, te amo; ten paz.

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  • 173 Como una hoja arrastrada por el viento UN ALMA EN CRISTO (1993) Libro 2
    Oct 9 2024

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    2 de noviembre de 1993 (I)

    ℂ𝕠𝕞𝕠 𝕦𝕟𝕒 𝕙𝕠𝕛𝕒 𝕒𝕣𝕣𝕒𝕤𝕥𝕣𝕒𝕕𝕒 𝕡𝕠𝕣 𝕖𝕝 𝕧𝕚𝕖𝕟𝕥𝕠

    Le decía a una amiga en el trabajo. Me siento como una hoja arrastrada por el viento. ¡Mira que si todo esto fuese mi cabeza! ¡Qué mala pasada me estaría haciendo a mí misma! Y la Voz me dice:

    ¿Hasta cuándo habré de soportar tus dudas?


    2 de noviembre de 1993 (II)

    ℂó𝕞𝕠 𝕔𝕠𝕞𝕡𝕠𝕣𝕥𝕒𝕣𝕞𝕖

    Yo hablaba a mi amiga del libro. Dije algunas expresiones que luego no me gustaron. Le pregunto al Señor cómo debo comportarme.

    Humilde y correctamente.


    7 de noviembre de 1993

    ℚ𝕦é 𝕕𝕖𝕓𝕖𝕞𝕠𝕤 𝕙𝕒𝕔𝕖𝕣

    Javier me ha hablado de una chica de una ciudad andaluza que está dispuesta a empezar el Grupo de María Auxiliadora en su ciudad. Sólo quiere saber si es tu Divina Voluntad, o bien si su camino es otro. Señor, te ruego que nos guíes y nos digas qué debemos hacer.

    Hija mía, has de decirle a Javier que envíe la carta que a continuación te dictaré. O si prefieres puedes enviar este escrito, después que tu Padre espiritual lo estudie.

    «Hija mía, ten fe en Mí y haz lo que Yo te pido. El Grupo de María Auxiliadora es una obra de mi divino Corazón; es una labor expresa para salvar almas. Yo, tu Dios, te pido que empieces aquí, en tu ciudad, pues el mal anda suelto y hay que trabajar con ahínco para salvar almas. Yo, tu Dios, te pido ayuda. Toda obra de Dios lleva el distintivo de la salvación. ¿A qué vine al mundo? A salvar a los hombres. Por tanto esa es una labor que te asemejará a tu Creador.

    No debes olvidar que el mundo se hunde, que no hay mucho tiempo para el hombre y que quien cree en Mí debe empezar a trabajar en mi santo Nombre.

    No dudes y ponte en contacto con mi hija, la responsable del Grupo de Barcelona. Ella te dará las reglas para empezar. Con mi Gracia y la ayuda de mi santa Madre todo irá bien. No olvides que los comienzos de una misión o labor son siempre duros. Tienes que tener fuerza de voluntad y espíritu de sacrificio, pues para toda obra son necesarios estos dones. No temas, Yo te ayudaré con mi Amor, que te cubre por entero, hija mía»

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  • 172 Yo no soy nada UN ALMA EN CRISTO (1993) Libro 2
    Oct 9 2024

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    31 de octubre de 1993

    Yo no soy nada

    Señor, te necesito. Con los acontecimientos relacionados con la publicación del libro y el auge que está tomando todo, me siento pequeña, asustada, aturdida y cansada. No logro entenderte. No sé qué quieres de mí, pero yo cada vez estoy más torpe. Todo me empuja hacia una actitud que no es mía, es decir, yo no soy así: no soy como me veo obligada a comportarme.

    Siento que, cuando salga el libro, iré repartiendo bendiciones como si de mí, de esta gran pecadora, fuese a salir la gracia de la salvación. Siento que las personas que me piden que ore por ellas, o que las cure, están mucho más cerca de ti que yo misma. ¿Cómo decirles que se equivocan? ¿Cómo explicarles que yo no soy nada?_

    Hija mía, no hallarás solución a tus problemas; me refiero a los que me expones, pues tendrás que soportar con entereza y espíritu humilde todos estos acontecimientos, y más. Tú sabes lo que eres y Yo sé lo que tú vales. Tu valor lo doy Yo. Pero ellos no lo saben y creen que tú lo puedes todo, que tú estás más cerca de Mí que lo están ellos. Hija mía, es un fenómeno que se repite constantemente y nada se puede hacer para impedir que esto suceda. Debes aceptar todo lo que venga con humildad y verdadero espíritu de sacrificio, ofreciéndome todos tus sufrimientos con infinito amor.

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  • 171 Por fin he entendido mi situación UN ALMA EN CRISTO (1993) Libro 2
    Oct 9 2024

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    📕 Libro II Un alma en Cristo

    17 de octubre de 1993

    ℙ𝕠𝕣 𝕗𝕚𝕟 𝕙𝕖 𝕖𝕟𝕥𝕖𝕟𝕕𝕚𝕕𝕠 𝕞𝕚 𝕤𝕚𝕥𝕦𝕒𝕔𝕚ó𝕟

    Por fin, estando en oración, he entendido mi situación; estaba verdaderamente agobiada.
    He visto que el primer enfermo que debo cuidar es a mi suegro. Mi suegro está conmigo y depende totalmente de mí. Debo cuidarlo como si fuese mi amado Jesús.
    Aunque me parezca a veces lo contrario es Voluntad del Señor y yo debo obedecerle con alegría. Mi suegro condiciona totalmente mi libertad; hace que, para moverse un poco, esté constantemente pidiendo ayuda a los demás. Esto puede ser una prueba de humildad que el Señor me manda. De todas formas lo he entendido bien y estoy en paz.
    Bendita seas, hija mía, porque entiendes Mis Mandatos y los pones en práctica. Es tal como lo has comprendido; siendo así que, aceptando tu situación, estás obedeciendo el mandato divino, que es aceptar con humildad y amor su Divina Voluntad. Esa disposición, hija mía, es la ofrenda de amor que generosamente puedes ofrecer a tu Amado.

    El hombre que decide seguirme no debe cuestionarse por su futuro, por su porvenir. Poniéndose en mis santas manos, deberá aceptar mis mandatos, sean de la índole que sean. Obedecer es el don y la ofrenda que Dios más valora en el hombre.
    Es obedeciendo que el hombre se hace uno con su Dios.

    Amada mía, tú haz todo lo que puedas y cómo puedas. No olvides que toda la carga la llevo Yo; Yo, que te amo con locura hasta entregarme en la Cruz por tus pecados.
    El Grupo de María Auxiliadora seguirá adelante a pesar de que tú tengas la sensación de que no haces lo que debes hacer. Has pasado mucha angustia por este motivo, pero ahora, entendiendo que haces mi Divina Voluntad, sentirás la calma en tu pobre alma. Actuarás como puedas, dejándome obrar a Mí en tu alma y en tu vida. Déjame hacer a Mí como Yo desee, como Yo mejor vea para el bien de tu alma.

    Hija mía, cuando la carga se acepta es cuando se vuelve ligera y suave. Sé que tu suegro nunca fue carga para ti. Sí sé que el estado en que se encuentra desde hace un año ha constituido una atadura para desenvolverte dentro del Grupo. Ello ha supuesto mucho sufrimiento para mi amada, al pensar que no hacía mi Divina Voluntad. Pero por fin ha entendido, y ha entendido bien. Y este nuevo sentimiento llena tu alma de paz y sosiego. Yo seguiré trabajando en tu pobre alma hasta darle la forma deseada por Mí.
    Lo haré porque tú me la has dado y Yo la cuido constantemente: puliéndola y embelleciéndola con mi inmenso Amor.

    Grupo María Auxiliadora (1993). Un alma en Cristo Libro II

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