Link al newslettter/texto/stack.Sin ánimos de dañar un chiste, explicándolo, hice exactamente eso. En este episodio me adentro en el concepto al que hace alusión el cuento:La gallina, su niña y los huevos.La que observa, la mente y las ideas.Grabé un episodio charlando sobre este concepto que le aprendí a Martha Beck, de como sacudir a la gallina de las ideas, no nos da un huevo. Pero sí sentarse a observar a la gallina explorar.Aunque he ido descubriendo con the artist’s way, que hay un personaje más en esta ecuación, la niña que juega y llena la batería que produce los huevos.Recursos que recomiendo:Self-help de Gabby BernsteinLibera tu Magia /Big Magic de Elizabeth GilbertEl Camino del Artista /The Artist's Way de Julia CameronEntrevista de Tim Ferris a Richard Schwartz sobre IFS.El cuento:La gallina, su niña y los huevos.La que observa, la mente y las ideas.Había una vez una niña,y yo, su gallina.Me adoptó cuando era pollita,y la amé desde el primer acurruque.Cuando tronaba,el miedo me sacudía hasta las plumas,pero mi niña me arropaba.La primera vez no entendí.No quería entrar.Era el guante que usaba su mamá en la cocina.Pero con el calor de su mano me dijoque estaría bien.Acorté el cuello,guardé mis alitas,y confié.Después amé el guante.Quisiera estar siempre dentro,hasta que un día ya no cupe más.Mis plumas amarillas se cayerony quedaron otras blancas,más grandes.Podía volar.Podía saltar a la rama,y jugar a las escondidas con mi niñatodo se hizo aún más divertido.Un día despertéy ahí estaba.Un huevo.Grande y moreno,¡bien bello!Cuando llegó para jugarLevanté mi rabo y se lo mostré.Sacudí las plumas, me di una vuelta,a ver si entendía mi orgullo.Ella también lo sintió.Me miró a los ojos, pidiéndome permiso.Con otra sacudida de plumas,le dije que sí.Tomó mi huevo como lo más preciado de su viday corrió donde su mamá.Yo, entre saltos y vuelos,detrás.Su mamá la abrazó,le tomó la cara,le dijo cosas con ojos llenos de luz.Mi niña brillaba también.Nunca había visto a su mamá tratarla así,como mi niña me trata a mí.Y luego le dio otro abrazo.¿Todo esto por mi huevo?¿Cómo hacer para tener más como ese?Fue un gran día y ambas quisimos más.Al día siguiente llegó mi niña,vibrante, alegre,cargada de ilusión.Y yo también,lista para celebrar y jugar.Pero mi niña negó con la cabeza.Me llamó para volver a mi gallinero.Claro, queremos más huevos.Pero… ¿no podríamos jugar también?Salté a la rama, invitándola.Se quedó quieta, esperándome.Volé de regreso,triste, pero por ella, lo que fuera.Acorté mi cuello, guardé mis alas,y recordé el guante.Cerré los ojos, sentí su calor,su brillo y su amor.Al rato… ¡dos huevos!Mi niña saltó, gritó de alegríay corrió con nuestros dos huevos.Esta vez no me abrazó.Al día siguiente volvió,brillante, pero otra vez,sin ganas de jugar.Volví a invitarla a las escondidas.Negó con la cabeza.Traté de volver al guante,pero no encontré el calor ni el amor.Su compañía siempre me bastaba,pero ahora mi niña no estaba del todo ahí.Se sentía como la aspiradora de su mamá.Sin el ruido horroroso,pero con la misma succión,un hoyo hambriento y aterrador.Esperamos toda la tarde.Y no salió nada.Me sentí triste.Y mi niña también.Volvió al día siguiente,y al siguiente,y al siguiente.Su vacío, su hambrey su ausencia,solo crecían.Hasta que uno de esos días,largo y aburrido,se cansó de esperar.Salió de mi gallinero.Me invitó llamándome con la mano.¡Qué alegría!Urgamos la tierra,sacamos gusanos,nos escondimos,perseguimos,nos encontramos.Ella se hizo viento contra una veleta.Y se nos olvidó el tiempo.Regresamos a mi gallinero,y mi niña cayó dormida a mi lado.Me moví porque su cuerpo, hecho bolita,se parecía a mi guante.Y me guardé ahí dentro.A la mañana siguiente,me despertó una incomodidad en la cola.Más grande que las demás.