Os compartimos la predicación de Roque Caballero, quien reflexionó sobre la cautividad del pueblo israelita en Babilonia, recordándonos que, aunque ellos se resistían a orar y cantar en su situación, Dios les mandó edificar, multiplicarse y orar por el lugar donde estaban, para que les fuera bien. La verdadera cautividad, explicó, era mental, pues olvidaron quiénes eran y su llamado a orar. Jesús nos enseña a amar, bendecir y dejar el juicio a Dios, mostrando que nuestra actitud en medio de las pruebas refleja nuestra fe. Nos anima que bendigamos el lugar donde estemos, porque la liberación llegará.