Lee Job 2:1–13

Un miembro de nuestra iglesia contrajo una bacteria no identificada que estaba destruyendo rápidamente su páncreas. Le dieron un par de días antes de que su páncreas no funcionara y la muerte fuera inevitable. Como iglesia, oramos y confiamos en Dios por él. Al día siguiente se identificó la bacteria y se inició el tratamiento para salvarle la vida.

Los ataques de Satanás a la familia y las posesiones de Job no produjeron el resultado que Satanás esperaba. Aunque Job lamentó su pérdida, continuó adorando al Señor. Durante la siguiente interacción de Satanás, Dios volvió a preguntarle si había considerado a Su siervo Job. Además, Dios añadió: “Es un hombre íntegro e intachable, que me honra y vive apartado del mal” (v. 3).

Esto es un recordatorio para nosotros de que Satanás es el acusador de los creyentes (Apocalipsis 12:10). Su afirmación “Piel por piel” fue un desafío para atacar su persona (v. 4 LBLA). Satanás estaba convencido de que Job maldeciría a Dios a Su cara si la carne y los huesos de Job eran atacados (v. 5). Dios no permitió que Satanás quitara la vida de Job, pero sí le dio permiso para atacar su cuerpo. Y Satanás lo hizo. Job sufrió llagas desde la coronilla hasta las plantas de los pies (v. 7). En poco tiempo Job perdió sus riquezas, sus hijos y su salud.

La respuesta de Job es notable. En lugar de maldecir a Dios en su cara, confió en Dios en la adversidad. Incluso le preguntó a su esposa: “Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos recibir también lo malo?” (v. 10). El narrador nos recuerda: “A pesar de todo esto, Job no pecó ni de palabra” (v. 10).

Jesús dijo: “Lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias” (Mateo 15:18–19). Trabajemos en nuestro corazón antes de que llegue la adversidad.

• ¿Pudiste confiar en Dios durante tu tiempo de adversidad? ¿Cómo puedes guardar tu corazón incluso antes de experimentar dificultades?

Ora con nosotros

Querido Jesús, hoy te damos gracias porque estás con nosotros en tiempos de adversidad, porque en Ti podemos guardar nuestros corazones y nuestras mentes incluso antes de que llegue la adversidad. “Tú eres mi Señor; aparte de ti no tengo ningún bien” (Salmos 16:2).

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Lee Job 1:13–22

En el 2009, un importante medio de comunicación publicó un artículo titulado “¿Por qué creemos que las catástrofes vienen de tres en tres?” El autor afirmó: “La persistencia de esta creencia es difícil de explicar, ya que los argumentos en favor de ella se derriban muy fácilmente”. La historia de Job derriba también esta creencia ilógica. Las catástrofes de Job se produjeron en cuatro oleadas.

Después de recibir permiso de Dios, Satanás comenzó a atacar la casa y las posesiones de Job (v. 12). Job recibió una serie de malas noticias de un sobreviviente de cada evento. Primero, unas personas de Sabá mataron a espada a sus pastores y le robaron los bueyes y los asnos. Luego cayó un rayo y mató a todas sus ovejas y a los pastores que las vigilaban. Luego, los caldeos le robaron los camellos y asesinaron a más sirvientes. Finalmente, una tormenta de viento destruyó la casa donde los hijos de Job estaban comiendo y todos murieron. Esta última noticia fue la peor de todas. Sus hijos habían sido asesinados por lo que podríamos llamar “un acto de Dios”.

Al no tener tiempo para llorar entre cada uno de los cuatro mensajes secuenciales, finalmente lamentó su pérdida. El narrador describe cuatro actos separados y secuenciales de Job. Él se levantó. Se rasgó las vestiduras. Se afeitó la cabeza. Cayó al suelo en adoración (v. 20). Reconoció que todo lo que tenía procedía de Dios y que el Dador tenía derecho a quitar esos dones. La respuesta de Job expresa alabanza, incluso en medio de la tragedia: “El SEÑOR ha dado; el SEÑOR ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del SEÑOR!” (v. 21).

Habría sido fácil para Job enojarse con el Señor por quitarle sus posesiones y sus hijos. Sin embargo, el narrador nos deja ver que así como a Job le preocupaba que sus hijos pudieran haber “pecado y maldecido a Dios en sus corazones” (v. 5), Job no había pecado contra Dios en el suyo (v. 22).

• ¿Alguna vez ha quitado Dios algo o alguien importante en tu vida? ¿Respondiste apropiadamente?

Ora con nosotros

Dios todopoderoso, nos maravillamos de la fe inquebrantable de Job ante todas sus desgracias. Danos fuerza para poder decir, como Job: “¡Bendito sea el nombre del SEÑOR!” (Job 1:21), tanto en los momentos felices como en los difíciles.

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Lee Job 1:1–12

Como pastor, trato de unir a las personas con los ministerios según sus dones espirituales. Una vez, cuando intentaba resucitar un ministerio moribundo, mi esposa me preguntó: “¿Has considerado a esta persona?” Sinceramente, no lo había hecho. Ese individuo era la persona perfecta para liderar el ministerio. ¿Cómo no me había dado cuenta?

En Job 1, el Señor le preguntó a Satanás: “¿Te has puesto a pensar en mi siervo Job?” Esta pregunta estaba dirigida al adversario (v. 8). Sin embargo, como estudiantes de la Palabra de Dios, también debemos considerar a Job. Este mes haremos más que considerarlo como persona, también caminaremos con él en su dolor.

Los antecedentes de Job son algo misteriosos. Vivió en la tierra de Uz. Se desconoce la ubicación exacta, excepto que era “del oriente” (v. 3). Lo más probable es que Job viviera durante la época de los patriarcas. Se desconoce el autor del libro, sin embargo, el narrador tenía ideas que sólo Dios podía proporcionar (2 Timoteo 3:16).

Job amaba a su familia y había sido bendecido materialmente por Dios. Era conocido como una persona de renombre del oriente. De hecho, Dios declaró: “No hay en la tierra nadie como él” (v. 8). Dos veces en la breve introducción, Job es descrito con la frase: “es un hombre íntegro e intachable, que me honra y vive apartado del mal” (vv. 1, 8). Su vida de servicio a Dios fue buena.

Entonces sucedió lo impensable y Job tuvo que luchar con la pregunta: “¿Por qué le pasan cosas malas a una persona piadosa como yo?” Todos pasamos por épocas difíciles en algún momento de nuestras vidas. Si supiéramos qué va a suceder y cuándo, podríamos estar mejor preparados. Desafortunadamente, la vida no funciona así. Es nuestra oración que este estudio te anime a confiar en Dios cuando la vida no tiene sentido.

• ¿Alguna vez te has hecho la pregunta de Job: ¿Por qué le suceden cosas malas a la gente buena? ¿Cuál es tu respuesta a eso?

Ora con nosotros

Señor Dios, al comenzar el estudio de este mes en el libro de Job, te pedimos que abras nuestros ojos y corazones a tus lecciones de la vida de Job. Ayúdanos a comprender lo que significa confiar en Ti con humildad en medio de las pruebas de la vida.

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