Épisodes

  • POLVO AL POLVO
    Sep 9 2024

    Lee Eclesiastés 3:18–22

    Dicen que la muerte, es el gran igualador. El autor de Eclesiastés estaría de acuerdo. Una vez más, el Maestro nos llama al libro del Génesis. Él ya ha puesto el enfoque en el jardín del Edén, antes de que el pecado entrara en el mundo, como modelo de cómo recibimos los dones de Dios de comer, beber, trabajar y casarnos. Ahora nos recuerda la maldición de muerte de Dios en Génesis 3:19: “porque polvo eres y al polvo volverás”.

    El pasaje de hoy es difícil de leer. El Maestro lamenta que los humanos y los animales corran el mismo destino: la muerte. Quizás te sorprenda su pregunta en el versículo 21:
    “¿Quién sabe si el aliento de vida de los seres humanos se remonta a las alturas y el de los animales desciende a las profundidades de la tierra?” A primera vista parece sin esperanza. ¿Qué pasa con la esperanza que tenemos en la resurrección y nuestra vida con Dios en los cielos y la nueva tierra? Como todo buen profesor, nos deja con esta pregunta durante bastante tiempo. Pero en el capítulo 12:7 vuelve a aludir a Génesis 3:19 y responde la pregunta, tal vez temiendo que perdamos su significado: “Volverá entonces el polvo a la tierra, como antes fue y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio”.

    Todos vamos a morir; todos somos como Abel: “Los seres humanos terminan igual que los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es vanidad” (v. 19). Pero para aquellos que están en Cristo, aquellos que han creído en la muerte y resurrección del único Hijo de Dios, ¡hay esperanza! ¿Confiarás en Él hoy?

    • Si estás en Cristo, ¿cómo puedes compartir la esperanza de la resurrección con tus seres queridos? Si no conoces a Cristo, ¡cree en Él hoy!

    Ora con nosotros

    Muy a menudo podemos identificarnos con la desesperanza y el cansancio de Eclesiastés. Pero en nuestra propia desesperación y desánimo, Te recordamos Señor, y que Tu Palabra, dice que “ pero los que confían en el SEÑOR renovarán sus fuerzas” (Isaías 40:31).

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Voir plus Voir moins
    2 min
  • DESPREOCUPADOS
    Sep 8 2024

    Lee Eclesiastés 3:9–17

    Cuando se estrenó la película El rey león en 1994, niños de todo el mundo cantaron junto a Timón y Pumba (una suricata y un jabalí) y su filosofía “libre de problemas”. La pareja nos enseñó que “Hakuna Matata” significaba “sin preocupaciones”. Era su forma de animar al joven Simba, que acaba de perder a su padre. El rey león no es una película cristiana, pero El Maestro estaría de acuerdo en parte con su filosofía básica.

    Debemos disfrutar la vida que Dios nos ha dado. En Eclesiastés 3, el Maestro se lamenta (nuevamente) de que no haya ganancia o recompensa final por el esfuerzo o el trabajo (v. 9). ¿Por qué? Porque, en última instancia, el trabajo no produce nada que dure: todo lo que logra “carece de sentido” o desaparece demasiado pronto. Sin embargo, no debemos caer en el nihilismo pesimista ni desentendernos del trabajo. Más bien, debemos alegrarnos y hacer el bien mientras vivamos; y aún más comer y beber y aprovechar el fruto de su trabajo (v v. 12–13). Estas cosas, dice, son “el don de Dios”.

    Entonces, ¡Hakuna Matata! Sí, pero aún más, el Maestro nos está diciendo que realineemos nuestras prioridades y expectativas. Estas actividades diarias que Dios nos ha dado (trabajar, comer y beber) son dones para nuestro disfrute. Nunca tuvieron la intención de darnos lo que sólo Dios puede darnos: propósito, significado, realización, seguridad y esperanza. Más bien son experiencias efímeras, dones temporales de nuestro buen Padre. Dios realmente quiere que seamos felices, y eso requiere que regresemos, en cierto sentido, al jardín del Edén, donde Adán y Eva disfrutaron de intimidad con Dios y una relación apropiada con los dones que Él les dio: trabajar, comer y beber.

    • ¿Cómo ves el trabajo, la comida y la bebida? ¿Son ídolos a los que pides que te satisfagan o te quiten las penas? ¿O los ve como dones de Dios que se pueden disfrutar en el momento?

    Ora con nosotros

    Dios Todopoderoso, ¡solo Tú puedes traer paz a este mundo lleno de problemas! Concédenos la gracia de tener nuestros corazones fijos en Ti, donde se puede encontrar el verdadero gozo y el disfrute de la vida. ¡Descansamos en Tu fidelidad!

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Voir plus Voir moins
    2 min
  • UN TIEMPO PARA CADA COSA
    Sep 7 2024

    Lee Eclesiastés 3:1–8

    ¿Alguna vez has tenido problemas en saber cuándo hacer las cosas? ¿Sabes que es necesario hacer algo y tal vez incluso sepas qué hacer, pero no estás seguro de cuándo hacerlo? A primera vista, puede que Eclesiastés 3:1 no parezca ser acerca de la sabiduría: “Todo tiene su momento oportuno; hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo”, dice el Maestro. Pero en el Antiguo Testamento, sabiduría significa saber qué hacer, hacer lo correcto y hacer lo correcto en el momento adecuado.

    Si alguna vez construiste una casa o jugaste un videojuego, sabes a qué se refiere esto. Por ejemplo, no ayuda saber que necesitas enmarcar una habitación y luego construir el marco si los cimientos de la casa no han sido vertidos. Lo mismo ocurre con los videojuegos: no importa si sabes que necesitas superar un nivel e incluso sabes cómo superarlo si no completas las tareas necesarias en el momento adecuado.

    En este conocido pasaje, el Maestro nos dice que hay un momento adecuado para todo. Hay un tiempo de duelo y un tiempo de bailar, un tiempo de llorar y un tiempo de reír, un tiempo de hablar y un tiempo de morderse la lengua (vv. 1–8). La sabiduría se encuentra en conocer el momento adecuado para hacer lo correcto y luego hacerlo. Suena fácil, pero imagino que ha habido momentos en tu vida en los que ha sido bastante difícil saber cuándo era el “momento” de hacer esto en lugar de aquello.

    Bondadosamente, Dios no nos deja solos en nuestra búsqueda de sabiduría: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie” (Santiago 1:5).

    • ¿Estás luchando con una decisión de vida? Pídele a Dios sabiduría para hacer lo correcto en el momento justo.

    Ora con nosotros

    Señor Jesús, guíanos y enséñanos en oración, danos sabiduría para hacer lo correcto en el momento correcto. Permanece con nosotros, guárdanos en Tu amor y fidelidad, y enciende una gran fe en nuestros corazones.

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Voir plus Voir moins
    2 min
  • ¡APROVECHA EL TIEMPO!
    Sep 6 2024

    Lee Eclesiastés 2:17–25

    La frase carpe diem se define como la necesidad de aprovechar el día, de vivir cada momento al máximo. Este es el primero de varios pasajes de Eclesiastés donde el autor nos invita a aprovechar los buenos dones que Dios nos ha dado.

    Algunos han leído erróneamente estos pasajes como llamados hedonistas al libertinaje y la rebeldía. Eso no es consistente con el mensaje de las Escrituras. Por ejemplo, el profeta Isaías reprendió al pueblo de Judá porque aunque debían “llorar” y “lamentarse”, ellos decían: “¡Comamos y bebamos que mañana moriremos! (Isaías 22:12–13). En 1 Corintios 15:32 Pablo cita este pasaje de Isaías para señalar la desesperanza de la vida si Cristo no resucitara.

    El Maestro no nos llama a disfrutar los dones de Dios desde una mentalidad hedonista e impía. Más bien, está diciendo que comer, beber, trabajar y tener un cónyuge son dones que Dios nos ha dado para disfrutar durante esta vida bajo el sol. Además de vivir en una relación correcta con Dios (lo que él llama temer a Dios), estos dones nos ayudan a navegar en un mundo plagado de pecado.

    Es más, Adán y Eva disfrutaron de estos dones en el jardín del Edén antes de pecar contra Dios. Quizás nos perdamos las alusiones al Génesis en la traducción al inglés, pero los pasajes de carpe diem (Eclesiastés 2:24–26; 3:10–15; 3:16–22; 5:18–20; 8:10–15; 9: 7–10; 11:8–10) usan exactamente el mismo lenguaje que Génesis 2:15–25. En el jardín del Edén, Dios dio a los primeros humanos los dones de comer, beber, trabajar y tener un cónyuge. En Eclesiastés, se nos dice que abrazar esos dones es la manera en que miramos hacia el Edén y ahora, como creyentes del Nuevo Testamento, esperamos el nuevo cielo y la nueva tierra, donde comeremos, beberemos, trabajaremos y disfrutaremos del compañerismo como Dios lo quiso.

    • ¿Cómo podemos “aprovechar el día” y al mismo tiempo honrar a Dios? Nombra algunos dones que Dios te ha dado y que aprecias cada día.

    Ora con nosotros

    Padre amoroso, gracias por darnos una nueva vida en Cristo y una nueva esperanza. Gracias porque no sólo miramos hacia atrás y recordamos el Edén, sino que también podemos mirar hacia los nuevos cielos y la nueva tierra, donde todo será como Tú planeaste.

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Voir plus Voir moins
    2 min
  • EL MISMO DESTINO FINAL
    Sep 5 2024

    Lee Eclesiastés 2:12–16

    Quizás ya lo hayas notado, pero el libro de Eclesiastés es cíclico. Si alguna vez has experimentado un trauma, tal vez puedas identificarte con el ciclo del duelo. A menudo, superamos un evento traumático, llegamos al otro lado y pensamos: “Estoy bien, lo logré”. Luego, unos meses más tarde, nos encontramos nuevamente envueltos en el dolor, tratando de descubrir qué salió mal y lamentando nuevamente la vida o la relación perdida.

    La vida no es una línea recta de incremento y progreso. El Maestro imita este proceso humano, por lo que podemos esperar que vuelva repetidamente a temas que ya ha tratado, como la muerte, la injusticia y el trabajo. Incluso repetirá seis veces su llamado a disfrutar de los dones de Dios en medio de este mundo trastornado.

    En Eclesiastés 12, el Maestro llora por la muerte por primera vez. En particular, nos dice que “nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido;
    lo mismo mueren los sabios que los necios” (v. 16). Si piensas que las cosas no son como deberían ser, entonces el Maestro está de acuerdo contigo: “¡Nada de eso tiene sentido!”, se lamenta (v. 15 NTV).

    El Maestro pronto ofrecerá una solución a esta tragedia de la vida bajo el sol, pero hoy nos sentamos con él en esta realidad: el mismo destino—la muerte—espera tanto a los sabios como a los necios. Ese hecho molestó al Maestro, y probablemente nos moleste a muchos de nosotros. Pero también nos insta a una relación con Dios, que nos rescata de la muerte eterna. ¡Cristo murió para que podamos vivir! ¿Confiarás en Él hoy?

    • Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y al tercer día resucitó. Su sacrificio es la única manera de estar bien con Dios y encontrar significado en esta vida. Si no has confiado en Jesús, te invitamos a que lo hagas hoy. Ve a radiomoody.org/conoce-a-cristo para obtener más información.

    Ora con nosotros

    La muerte, la injusticia y la pérdida son los temas de Eclesiastés, y también los hechos de nuestras vidas. Te damos gracias, oh, Dios, por Tu gracia: sanas a los enfermos, das la vista a los ciegos, consuelas a los heridos. ¡Señor Jesús, Tú nos rescatas de la muerte eterna!

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Voir plus Voir moins
    2 min
  • ECOS DE EDÉN
    Sep 4 2024

    Lee Eclesiastés 2:1–11

    Si alguna vez has plantado un jardín, sabrás que es más difícil de lo que parece. Incluso si logras crear un lecho de flores lleno de color, pronto aparecerán las malas hierbas. Los jardines son hermosos, pero también requieren mucho trabajo. En Eclesiastés 2, el Maestro describe sus muchos logros. En su búsqueda por encontrar el significado de la vida, adquirió una riqueza increíble y emprendió “grandes obras” (v. 4). Uno de sus esfuerzos creativos tuvo que ver con la jardinería: “cultivé mis propios huertos y jardines en donde planté toda clase de árboles frutales” (v. 5). Aquí el autor usa palabras hebreas que también aparecen en la descripción del jardín del Edén en Génesis 2: “plantó”, “hizo”, “huertos”, “toda clase de árboles hermosos y de frutos deliciosos” (v. 9 NBV).

    Tanto Génesis 2 como Eclesiastés 2 describen la creación de un jardín por parte de un gobernante. Puede que esto no nos resulte tan obvio hoy en día, cuando lo leemos. Pero para los lectores/oyentes originales de Eclesiastés, la alusión a la narrativa de la creación habría sido obvia. El Maestro nos está diciendo que ha tratado de hacer lo que sólo Dios puede hacer: intentó hacer un jardín que rivalizaría con el Edén, y fracasó. La creación de Dios fue “buena” y “muy buena”, pero incluso los mejores esfuerzos del Maestro fueron como “correr tras el viento” y “no había provecho”.

    El autor persigue con vigor el placer y la fama: “No negué a mis ojos ningún deseo” (v. 10). Pero al final, encuentra que incluso estos grandes logros “eran vanidad” (v. 11). Es importante reconocer la alusión del Maestro al Génesis en este capítulo porque todo este libro tiene la forma del Génesis. Les está diciendo a sus lectores, antiguos y modernos, que sus reflexiones se basan en una teología sólida de Dios como Creador y la creación como buena.

    • Mientras lees Eclesiastés, busca alusiones al libro de Génesis. ¿Por qué crees que el Maestro quiere que leamos sus escritos a la luz del Génesis?

    Ora con nosotros

    Mientras leemos acerca de plantar jardines y pensamos en Tu hermosa creación, ayúdanos, Padre, a recordar adorar al Dador de los dones, no a los dones en sí. ¡Solo tú traes paz y satisfacción!

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Voir plus Voir moins
    2 min
  • ¿PARA QUE TRABAJAR?
    Sep 3 2024

    Lee Eclesiastés 1:3–18

    ¿Te has preguntado alguna vez después de un largo día de trabajo: “¿Cuál es el propósito?” Si es así, no estás solo. Hace miles de años el autor de Eclesiastés hizo la misma pregunta. Podría identificarse con la desesperación emocional y psicológica que surge de trabajar duro todo el día o toda la vida, sólo para darse cuenta de que lo que realmente estamos buscando sigue estando fuera de nuestro alcance.

    A lo largo de Eclesiastés notarás que se habla mucho sobre el trabajo. Presta atención a las palabras “trabajo”, “labor”. También presta atención cuántas veces Eclesiastés pregunta qué “ganancia” hay en el trabajo o afirma claramente que no hay “ganancia” en el trabajo. Se puede concluir que el autor tiene una mala opinión del trabajo, pero eso no es cierto en absoluto. Eclesiastés demuestra una baja visión de idolatrar el trabajo o de esperar de nuestro trabajo algo que sólo Dios puede darnos.

    “Ganancia” en hebreo se refiere a una “porción sobrante” o algo que queda. Puede traducirse como “ventaja” o “beneficio”. En Eclesiastés, este término se refiere no sólo a la recompensa que esperamos de nuestro trabajo, sino que también resalta la tendencia humana natural a esperar que el trabajo proporcione más de lo que estaba previsto. Este sentido de realización suprema es una “ganancia” que sólo puede venir de Dios.

    Cuando hacemos del trabajo nuestro ídolo, le pedimos que cumpla lo que sólo el Creador puede hacer. Pronto veremos cómo el trabajo es un buen regalo de Dios que debemos disfrutar, pero hoy el autor de Eclesiastés nos recuerda lo que el trabajo nunca debió ser. El trabajo no es nuestra identidad. No hace que Dios nos valore más de lo que ya lo hace. No es nuestro seguro contra lo desconocido. En cambio, consideremos dónde reside realmente nuestra confianza, esperanza y valor: en Cristo nuestro Rey.

    • ¿Cómo refleja la visión del trabajo de Eclesiastés la tuya propia? ¿Dónde encuentras tu dignidad y tu valor? ¿Y qué papel juega tu vocación en esto?

    Ora con nosotros

    Señor Jesús, gracias por todos Tus buenos dones. Que las cosas buenas de la vida, Te rogamos, nunca Te reemplacen en nuestros corazones. Que siempre Te atesoremos como el regalo más grande y preciado. ¡Gracias por Tu amor que es más valioso que la vida!

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Voir plus Voir moins
    2 min
  • ¿TIENE SENTIDO LA VIDA?
    Sep 2 2024

    Lee Eclesiastés 1:1–2

    A primera vista, el libro de Eclesiastés puede parecer tener una visión pesimista de la vida. ¿Por qué todo un libro de la Biblia diría que nada tiene sentido? Pero seguramente muchos de nosotros podemos identificarnos con el sentimiento. Cuando la vida es difícil, podemos preguntarnos: “¿Cuál es el propósito de esto?” o “¿Para qué estoy aquí?” Pero el mensaje de Eclesiastés es este: la vida con Dios no carece de sentido.

    La palabra traducida “sin sentido” es hebel en hebreo; aparece casi 40 veces en Eclesiastés. Se ha traducido negativamente desde que Jerónimo usó vanitas (“vanidad”) en su Vulgata latina. Pero en hebreo significa “aliento” o “vapor” y se usa metafóricamente para referirse a cosas que no producen los resultados previstos. Curiosamente, el nombre “Abel” también se deriva de la palabra hebel. En Génesis 4, vemos un ejemplo temprano del mundo trastornado en el que vivimos ahora. Abel, siendo justo, recibió la maldición de la maldad: una vida corta, sin familia, sin tierra, sin riqueza. Mientras que su hermano Caín, actuando con maldad, recibió la bendición de la justicia: una larga vida, una familia numerosa, tierras y riquezas.

    Este mundo trastornado es a lo que se refiere el Maestro cuando llama a algo hebel. La vida ha sido trastornada por el pecado. Todos hemos experimentado esto. A veces el corredor más rápido no gana la carrera (Eclesiastés 9:11). A veces hay maldad donde debería haber justicia (Eclesiastés 3:16). Y la muerte física viene para todos nosotros, pecadores o no (Eclesiastés 9:2).

    Cada vez que veas la palabra “vanidad” en Eclesiastés, intenta insertar la frase: “como Abel”. Eclesiastés es una evaluación honesta de la vida “bajo el sol”. También es una sólida reflexión teológica sobre cómo navegar este mundo: viviendo en una relación correcta con Dios y disfrutando de Sus dones.

    • Lee la historia de Abel en Génesis 4. ¿Qué ha sido “como Abel” en tu propia vida?

    Ora con nosotros

    ¿Todo carece de sentido? En este mundo estropeado por el pecado, puede parecer que sí. Pero Tu Palabra, Señor, nos da aliento y gran gozo: que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros y nos dio vida, paz y libertad. ¡Aleluya!

    See omnystudio.com/listener for privacy information.

    Voir plus Voir moins
    2 min